A diferencia del hombre que concentra la mayor parte de su placer en sus genitales, la mujer puede sentir placer al estimular muchas partes de su cuerpo. Aunque estas zonas erógenas tienen un efecto diferente durante las relaciones sexuales dependiendo de la persona, algunas de ellas son comunes para elevar la temperatura.
Por extraño que parezca, las zonas erógenas en las mujeres están esencialmente relacionadas con lo innato y lo adquirido. Algunas partes son naturalmente sensibles, mientras que otras se vuelven conscientes de la niñez y continúan evolucionando hacia la edad adulta. Es por esto que algunas mujeres descubren nuevas fuentes de placer incluso cuando son adultas, especialmente cuando ellas y sus parejas se toman el tiempo para descubrirse a sí mismas. Parece que la satisfacción sexual en la edad adulta está vinculada a la infancia, y más precisamente al contacto físico de la madre que interviene en la percepción de los sentidos. Por ejemplo, si una madre no ha tenido gestos afectuosos y tiernos hacia su bebé, esto llevará a una falta de confianza en sí mismo a largo plazo y una falta de recuerdos agradables en su piel y viceversa. En cuanto a las muchas zonas erógenas de las mujeres, están relacionadas con el hecho de que las bebés recibirían mucha más atención y mimos que los bebés varones.
Para ayudar al estimulo femenino también existen la viagra natural femenino en gotas o en capsulas que incrementan el líbido
Las zonas erógenas más comunes. Dentro de los muslos Zona clave cercana a la entrepierna, cuanto más se dirigen las caricias hacia los genitales, más se intensifica el placer. El cuero cabelludo Compuesto por muchas terminaciones nerviosas, su masaje secreta muchas hormonas del placer. Cuello y nuca Ya sea un suave aliento, una caricia o un beso suavemente, la estimulación de esta área proporciona emociones placenteras e intoxicantes. La espalda A lo largo de la columna vertebral hay fuentes de placer que pueden ser estimuladas por caricias suaves o masajes relajantes. El pliegue de las rodillas. Esta parte del cuerpo es suave y delicada y puede provocar placer al ser acariciada con tacto. El lóbulo de la oreja Este pequeño trozo de carne es ideal para ser mordisqueado, chupado, lamido o besado. Las palmas de las manos. Al igual que el cuero cabelludo, tiene sensores sensoriales que provocan la secreción de hormonas del placer cuando se estimulan. Las plantas de los pies. También compuesto de muchos nervios, su masaje aporta mucho placer y causa escalofríos en todo el cuerpo. A algunos fetichistas les gusta que les chupen los dedos. Los Glúteos Zona erógena por excelencia, las terminaciones nerviosas que la componen hacen que sea una parte favorita para subir al séptimo cielo.